Los sistemas de votación electrónico son un claro avance en la sociedad digital, y existen países que ya lo están usando, mientras que otros, aún la mayoría, usan el método tradicional.
Si bien los fundamentos de la votación electrónica están bien claros, y se refieren fundamentalmente a la identificación fehaciente del votante y a la no trazabilidad de la votación (voto secreto), es sospechoso que países como Venezuela lo estén usando ya desde hace tiempo, con claros resultados que siempre han potenciado al gobierno de Chávez y Maduro. También es cierto que países absolutamente democráticos también lo están usando con resultados óptimos.
En definitiva, estos procesos, bajo mi punto de vista, no son más que el inicio de la verdadera e-democracia, donde los votantes podrán dar su opinión sobre multitud de preguntas sin tener que acercarse al colegio electoral, y simplemente con un certificado digital (el propio DNI electrónico), y con una clave, se podrá votar.
Esto nos lleva a pensar si el pueblo en su conjunto está capacitado no ya a elegir a quienes van a gobernar su país, sino a tomar decisiones sobre aspectos a los que no está cualificado ni tiene conocimientos para diferenciar si es o no es bueno para el país.
Con respecto a votaciones electrónicas en elecciones que no son para elegir a los políticos, hay muchos ejemplos en Internet de sospechas de “pucherazos” donde se ha demostrado que alguien ha votado una opción, pero queda registrada otra.
Pienso que esto es uno de los grandes problemas que puede tener la sociedad actual, el no tener confianza en los resultados de una votación.
Si queréis saber más os dejo aquí un enlace a la noticia en la que me he basado.