Este artículo habla de la repercusión que puede tener un comentario en una red social, y a su vez nos hace reflexionar sobre quién es el verdadero responsable de las consecuencias que un post puede tener.
Existen comentarios, o posts, que se inician como un juego, otros como una forma de expresión o una opinión acerca de algo, otros con malas intenciones que se escriben con el afán de hacer el mal, y otros, los más maquiavélicos, que manifiestamente hacen ingeniería digital social y que buscan manipular a la sociedad.
Desde la implantación de las redes sociales y su uso masivo en prácticamente todo el mundo, no sólo en el mundo occidental, sino también en países en desarrollo o incluso países no desarrollados, la viralidad de un post es un claro ejemplo de cómo se puede influir en cualquier aspecto de la vida.
Este artículo nos habla de cómo un simple post emitido por un adolescente, tiene una enorme repercusión en su comunidad, hasta tal punto que el gobierno ordena su detención.
Entonces la cuestión es la siguiente: Cómo identificar un bulo inocente escrito sin intencionalidad, aunque con gran repercusión, de un bulo malintencionado que busca claramente la desestabilización del orden mundial. (Poniendo como ejemplos los dos extremos de un caso común).
Al mismo tiempo, y como consecuencia de esto, es importante también delimitar quién es el responsable de la viralidad: el que crea la noticia sin intención, incluso si es verdad, o quien la distribuye… o incluso si la distribuye con malas intenciones o si la distribuye de forma individual o en grandes grupos de usuarios.
Lo que sí es cierto, es que las fake news son realmente uno de los principales problemas actuales, ya que gracias a ellas se derrocan gobiernos, se manipula la opinión pública para obtener intereses personales o se gestionan las guerras cibernéticas 3.0
Si queréis saber más os dejo aquí un enlace a la noticia en la que me he basado.